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¿Es justo que Messi y Cristiano sean los reyes del fútbol?

Unos dicen que sí por sus brillanteces, otros que no porque sus rendimientos fuera de sus clubes son de mediocres para abajo. La pregunta cae de madura, ¿es justo que estos dos grandes jugadores estén más de siete años cogobernando el planeta fútbol?

Publicado: 2015-06-16

Esta columna se crea en respuesta a un artículo publicado por el prestigioso magazine Jot Down que pueden leer aquí previamente. 

Creo que el artículo citado deja abiertas dos ventanas bastante definidas, una que podría considerar la ventana constructiva, y otra que, sin ser en realidad destructiva, termina siendo al menos tendenciosa.

La primera ventana abierta es sobre los criterios de elección para el balón de oro: se deben replantear los criterios para la elección del balón de oro, es cierto y estoy completamente de acuerdo. El ejemplo de Neuer es claro. ¿Con qué criterios puede ganarle un portero a un delantero un balón de oro? Dejando de lado que la elección al final se trata de votaciones, si a los delanteros, como Messi y Ronaldo, se les mide por goles, asistencias y títulos conseguidos, ¿qué se le puede cuantificar a un arquero además de los títulos (logros colectivos, dicho sea de paso)?, ¿atajadas?, ¿salidas claras?, ¿don de liderazgo?, es difícil cuantificar todo eso ─o al menos es más fácil contar goles y títulos─, mucho más difícil saber qué vale más, si un gol evitado o un gol concretado, lo cierto, siguiendo preceptos básicos de este deporte, es que en el fútbol las posiciones no están hechas para competir entre sí sino para concatenarse y elaborar un perfil colectivo que sea capaz de lograr los objetivos del equipo, por ello hacer este tipo de competencias puede resultar algo incómodo pues evidencia una dura realidad: que los delanteros y volantes ofensivos son más valorados que los defensas y porteros. Pero no vayamos tan lejos por ahora.

Queda claro entonces que el balón de oro se centra en los mejores o al menos en los más vistosos, y los más vistosos son las estrellas de los clubes grandes y ganadores, los que hacen los goles, los que salen en las portadas y, por supuesto, el marketing se acopla perfectamente a esta idea ─no es al revés, como de alguna forma se desliza en el artículo aunque el autor lo haya intentado refutar─. Y mientras esos sean los criterios, Messi y CR7 ─o próximos jugadores como ellos─ serán los mejores sin discusión.

Por otro lado, veo que se sigue poniendo al mundial como una competencia pesada y en la que los jugadores que destaquen suman muchos bonos extra. Tengo aquí mis reparos. Fuera de que es un gran espectáculo y de que es el torneo más esperado del planeta, y ciñéndome a lo objetivo, en un mundial un equipo puede jugar un máximo de siete partidos, y cada cuatro años, lo cual me resultaría una cantidad demasiado escasa para medir el valor de un jugador sin importar tanto el resto de su carrera, mientras que en una temporada de liga europea promedio, entre copas internas y Champions League, se juegan más de cuarenta partidos año tras año ─una pregunta al aire, ¿y si esto es la causa de que los mejores jugadores lleguen casi sin piernas a los mundiales y ya no tengan tantos recursos físicos para destacar?─. Por eso me parece algo forzado el querer comparar de modo individualista lo que hizo España en Sudáfrica 2010 con lo que hacen el Barcelona y en Real Madrid desde 2008 que se afianzó esta suerte de cogobierno. Además porque en ese mundial España destacó por su juego de equipo, se hablaba más de estilo que de jugadores, aunque claro, nadie discutía que todos ellos ─o la mayoría─ eran de primer nivel. Me parece que algo similar ocurrió con Alemania el año pasado. Querer disgregar estos funcionamientos colectivos para convertirlos en factores individuales es absurdo, ¿por qué hacer eso?, el balón de oro es un premio individual, una copa del mundo es un premio colectivo. ¿Qué vale más?, cada jugador tendrá su respuesta. Cada hincha también, por supuesto.

La otra ventana abierta es precisamente lo del marketing, ¿hay fuerzas extradeportivas que nos llevan a pensar siempre que Messi y Cristiano son los mejores sin necesidad de verlos jugar?, probablemente sí, no subestimemos el poder de la sugestión o autosugestión, pero esto no es causa, sino consecuencia. Como mencioné líneas arriba, el marketing se acopla a una imagen y la realza, invirtiendo para generar ingresos, pero esta inversión no busca caer en jugadores sin fundamentos deportivos afianzados ─y cuando lo hace se cae en la sobrevaloración, como sucede tantas veces─ pues esto a la larga no sería lo óptimo. Influye también el carisma, la aceptación de los hinchas, cosas así, pero eso es complementario, la imagen ganadora y de figuras hace que las marcas les ofrezcan contratos multimillonarios, no es que los jugadores busquen esos contratos para que la gente crea que son los mejores sin necesidad de verlos jugar.

El artículo menciona también a Drogba, Robben, Milito, Sneijder y otros que también ganaron Champions y fueron figuras de sus clubes y selecciones, en otras palabras, el artículo no cuestiona tanto el hecho de que Messi y CR7 sean los mejores, pero sí cuestiona que no hayan tenido más competencia: si nos basamos en estos ejemplos, desde mi punto de vista, creo que ninguno de ellos, incluso en sus mejores momentos, se compararon individualmente con Messi y Ronaldo. Insisto en la idea, no hay que olvidar que el balón de oro es una premiación individual, y a nivel individual un jugador tiene a su disposición muchísimos parámetros. Con esos parámetros, y mientras los criterios que se usan para designar el balón de oro se apliquen votaciones de inclinaciones objetivas ─lo que no hacen de la elección algo necesariamente objetivo, es cierto, pero a la luz de los resultados se nota la inclinación con claridad─, la elección de estos cracks seguirá siendo justa.

Jot Down también menciona un premio antojadizo creado por la LFP solo para Cristiano y que el balón de oro al mejor del mundial fue para Messi en 2014, a pesar de que tuvo un rendimiento poco más que mediocre para lo que él ha mostrado. Sí, estos son hechos bochornosos, pero no implican nada más que eso, hechos bochornosos de la FIFA. Creo que nadie discute que la FIFA tenga sus preferencias. No obstante, cuando esto se exagera es que se cae en el error. Blatter puede bien lustrarle las botas con la lengua a Messi y Cristiano, pero eso no quita, de ninguna forma, que son los justos reyes del fútbol mundial desde hace siete años, nos gusten o no nos gusten, lo cual ya es demasiado subjetivo.

¿Se deben cambiar los criterios de elección del balón de oro?, sí, o en todo caso, que el balón de oro deje de ser definido como una premiación al mejor jugador del mundo, y que se le defina en su lugar como una premiación al mejor jugador ofensivo del mundo. Creo que entonces habría menos discusión.


Escrito por

Rubén Ravelo

@rubenchoravelo Sanmarquino. Escribano (lamentable) nacido en Lima.


Publicado en

Una pasión es una pasión

Sí, la frase es de la película 'El secreto de sus ojos'. Y sí, acá hablaremos de fútbol.